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jueves, 6 de mayo de 2010

· Toboganes anímicos

El sentido del equilibrio. Creo que la mayoría de los mortales no somos más que péndulos que vamos oscilando entre las flaquezas de la vida. La armonía del alma queda sólo reservada para unos pocos y los demás nos debatimos en una continua sucesión de subidas y bajadas, que dependiendo de la persona puede ir desde un tobogán de niño, a una montaña rusa diabólica de cualquier parque temático (traumático) al uso.
Esa tendencia, como dolencia. se puede agravar sobremanera.



Cuando el animo no acompaña todo se derrumba como un castillo de naipes. Lo único verdaderamente importante es tener salud, todo lo demás viene por añadidura.
Afortunadamente el sueño y el descanso nos pueden traer serenidad al alma. Como si de una pequeña muerte se tratara, nos hace renacer día a día para enfrentarnos a los problemas materiales y espirituales de la existencia.
Aún así, envidio a los que aun teniendo situaciones difíciles, complejas, críticas que afrontar, pueden desconectar el resorte y descansar a pierna suelta sin que ello les atenace ni angustie.



Si estás atravesando la típica época de bajona (no nos olvidemos de la astenia primaveral), sólo te puedo decir que ánimo y que pronto pasará y que aquí estamos para lo que te haga falta.

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