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jueves, 6 de mayo de 2010

· Horowitz

Me parece un prodigio en todos los aspectos. Esa forma que tiene este hombre de inclinarse sobre el piano es signo inequívoco de su genio. Lo dificilísimo lo hace sencillo y natural. Siempre me han fascinado las observación de las manos de los grandes pianistas (Baremboin, Gould...) las de Horowitz son como tallados del genio humano que guía el arte, y con un punto acompañado también por su estampa y maneras, caricaturesco. Y la Balada de Chopin para escuchar sin descanso.

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