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miércoles, 5 de mayo de 2010

· Gould y Bach

Las partitas de Bach por ejemplo, cobran una nueva dimensión en la versión al piano de Gould. Sabemos que esta música la compuso Bach para clave, no existía aún el piano, apenas unas pocas versiones de su antecesor primitivo el piano-forte, y sin embargo estas composiciones para tecla, en su exquisito y perfecto equilibrio armónico, se ven realzadas por un instrumento que Bach ni siquiera llegó a oír. La música estaba en la cabeza de BACH ya resuelta, perfecta como una formula matemática cuya belleza formal demostrativa es limpia y completa: no sobra ni falta nada. A Mozart le pasaba algo parecido. Por cierto, sublime el quinteto para clarinete. Tantas veces lo traiga usted a este blog, tantas será bien recibido por nuestra parte.

Como decía antes, esa concepción formal de las piezas de Bach, de una matemática perfecta del espíritu, es muy del gusto de las personas que padecen asperger. Son en general éstas brillantes y de facultades sorprendentes. Puede que a veces se obsesionen en demasía por la perfección y eso les lleva a grandes cabezonadas. La pose de Gould ante el piano, delata su naturaleza mental. Ese canturreo en el fraseo de la interpretación hace pensar que se encuentra en su mundo, a donde nosotros no podemos ir, pero que lo contemplamos en disfrute desde fuera. Pensemos que los asperger son como autistas en un grado muy leve.

Cita - Gracias compañero por la dedicatoria. Que las cosas humanas se enderecen.

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