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sábado, 4 de septiembre de 2010

· El desgaste de la mediocridad

A veces uno cree que al hacerse mayor se ve la realidad social, y en ella incluyo los comportamientos, la moral, la acción política...; de una forma más burda, simplona, carente de sustancia y peso, como una dieta ligth, como una gaseosa sin gas. Pero son sólo momentos de flaqueza. Basta una reflexión más ponderada, templando la angustia del momento presente y haciendo un ejercicio de contraponer y comparar con lo que uno tiene como referente de lo Noble, lo Brillante y Excelso, lo Elevado, para darme cuenta de que esto no es más que un bache. Una acción de la propaganda que extiende la tontuna a ámbitos de gran parte de lo visible en la sociedad. Ámbitos de arribistas y oportunistas, mal ejemplo para los más jóvenes. Una suerte de gaseado adormecedor que nos tiene en suspenso, nos anula la memoria o nos la escamotea. Malos tiempos para la lírica…, y para la LOGICA. Esperemos el halleluja y su fanfarria para que barra el viejo orden y nos traiga uno mejor y siembre la esperanza.

Como decían unos clásicos malditos de la vanguardia (movimiento, no periódico) humorístico-músico-poética barcelonesa:
Exigimos: Uno- el fin de esta situación.Dos- el comienzo de otra. (Macromassa)