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domingo, 7 de noviembre de 2010

· El Transito

No deja de ser inquietante el considerar “el transito” como un factor determinante de alienación y neutralización del individuo “trabajador”, en la evolución del sistema productivo.
Una conspiración/plan urdida fría y calculadoramente en “el último piso del Empire State”, ya me parece más una leyenda urbana que un razonamiento lógico. Porque podría ser también una conspiración judeo-masónica-sociedad-del-rifle en el sótano del obelisco de washington con el apoyo de Neo-fascistas-futuristas.
La apelación al egoísmo como empatía con el otro que decía Adam Smith: "dame lo que necesito y tendrás lo que deseas", se ha descompensado según esta "teoría" bastante posible, para favorecer a unos intereses "invisibles" (abuso de las comillas) del sistema productivo.
A esto del transito como medio de fragmentar al personal, se le podría añadir la guinda del cambio horario bastante perverso también. Nos dicen que lo hacen como una medida de “ahorro energético”…,¡Ja! Siempre he pensado que todos los movimientos que se producen al día en el traslado de los trabajadores a sus centros de trabajo (muchos de 4 trayectos al día como sabemos bien), es el mayor derroche de energía posible. Y sus consecuencias tremendas, tanto personales, como medio-ambientales que a la postre viene a derivar en lo mismo.
¡Viva el tele-trabajo! que será el tiro de gracia en la destrucción de la libertad del individuo trabajador-asalariado.